15.2.08

NIÑO Y HOMBRE


Se oye al final de un callejón
a un hombre llorar en soledad
recuerda aquellos dias de humillación
que aun hoy en su memoria golpean
sus ganas de existir, aumentando su dolor.

En sus ojos refleja la rabia,
espejos de su alma blanca.
Rabia contenida, alma atormentada,
cansada de dar y no recibir.

Te han robado los sueños,
pobre criatura...
recuerda aquellos susurros
tan amargros para él.
...no serás nunca como los demás.

Pobre hombre y pobre niño,
los pisaron como a un bicho.
¡Contento estará quien daño les hizo!,
¿que será de ellos, pobrecitos?

Muerto está el niño
sin que de las faldas de su madre
hubiese salido,
dando paso a un hombre
cuya infancia nunca deseó haber tenido.
Marcada por insultos y cosas sin nombre,
por gente que no debería haber nacido.

Mataron al niño que llevabas dentro.
Tan llendo de vida, tan joven
que apenas pudistes conocerlo.
Y ahora el, desde el cielo
llora como tu ahora, en el suelo,
y suplica volver a tu lado
para devolverte la alegría.
No quiere dejarte solo...

El hombre, en desesperación
se ha oído a si mismo.
Quiere volver con él, pues le está llamando
en su imaginación, clamando.

Tumbado en el suelo, sonríe y acaricia
el objeto que lo liberará...
Le traerá la Paz.
Cierra los ojos, su amargura al fin termina.

'"En el cielo se ven por las noches
la figura de un niño y un hombre,
que allí arriba son felices,
pues nadie les separará.
Niño y hombre, su leyenda nunca morirá'"

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